Una Noche de Luna Nueva (Libre)

Desde el cielo se me había ordenado directamente encargarme de una especie de grupo religioso conformado solamente por gente que ya había superado su tiempo de vida y que hacían ceremonias en el cementerio para seguir extendiendo su vida, esas cosas me daban asco porque hacían sacrificios humanos donde esas deliciosas almas terminaban pudriéndose y no me apetecía para nada pasarme por esos lugares pero estaba obligada a ir así que recién aparecí allí acabe con todos sin miramientos y en poco tiempo los 150 miembros de la secta terminaron esparcidos por el suelo muertos todos mientras yo miraba la luna nueva y decía:

-No importa cuántos años pasen... Estas sectas envejecen tanto como yo, desde hace 200 años que hacen exactamente lo mismo, que si se mantienen vivo con almas, que si hacen pactos con demonios... Aunque supongo que las diferencias entre ellos y yo no son tantas...-

Después de decir mis palabras al viento este me respondió con una gran brisa que levanto mi cabello que en las puntas podía confundirse con el viento y si alguien me veía pensaría que soy un fantasma o algo así por mi apariencia y mis cabellos levantados al igual que mis guadañas cubiertas de la sangre de quienes yacían en el suelo.

Despues de un rato de mirar la luna escuche el ruido de una pieza de metal al ser arrastrada por el suelo, me dirigi con tranquilidad hacia la fuente del sonido pensando que seria algun restante cargando un hacha para atacarme o algo de ese estilo, me sorprendio un poco ver a una chica algo joven admirando los cadaveres, no tenia la misma vestimenta que los miembros de la secta ni parecia una pontifice que puediera vestirse como quisiera, me acerque a ella haciendo desaparecer mis guadañas y le salude de forma un tanto desconfiada:

-Buenas noches señorita... ¿Que la trae por aqui? Podria ser peligroso-

Despues de saludarla bostece tapandome la boca con mi mano derecha la cual tenia notorias manchas de sangre ajena y que tenia una apariencia muy vieja que tal vez microscopicamente solo constaba de celulas rojas viejas y sin oxigeno ya que la sangre tenia una apariencia de negra "asfalto de carretera", me senti tentada a probarla pero rechace la idea al instante y solo que quede mirando a la joven frente a mi.

Sonrei con algo de tranquilidad al escuchar que trabajaba aqui pues no parecia estar mintiendo, patee un cuerpo que me impedia el paso para seguir acercandome mientras escuchaba como al final insinuaba que yo ya habia por lo menos visto muchas masacres, quite a uno de los cadaveres de una de las tumbas cerca de la joven y me sente en esta cruzando la pierna izquierda sobre la derecha y le dije con una sonrisa ladina mientras mis orbes verdes la miraban de arriba hasta abajo:

-Ver, derramar, ver derrarmar, oler, escuchar como cae contra el suelo como si fuera lluvia, sentir... La verdad es que he visto la sangre de un ejercito practicamente a estas alturas... Mas de mil personas si no me equivoco...

Despues de mi improvizada explicacion rasque mi cabellera rubia, el viento habia comenzado a retozar esa noches en rafagas algo fuertes que hacian notar que estabamos muy cerca del otoño, con una postura ya mucho mas calmada que al principio decidi presentarme solo por educacion ante la chica frente a mi:

-Mi nombre es Margaret Moonlight y soy directora de vocacion y cantante de corazon... ¿Y usted?-

Sonrei al escucharle presentarse, si mal no lo recordaba crei verla varias veces en mis frecuentes visitas aqui pero nunca habia cruzado palabras con ella mas porque preferia sentirme en soledad que por timidez, tome algo de aire y lo volvi a botar formando una pequeña nibe de bapor dandome cuenta de lo fria que era la noche, sonrei de medio lado sintiendome agradecida de no sentirlo, sentia como una cancion hacia acto de precensia en mi mente en la que dos voces cantaban cosas diferentes y le respondi confiadamente:

-Ya veo, entonces lamento haberte dado tanto trabajo, ultimamente ando muy activa... Creo que es obvio despues de ver todo el desastre que he dejado hoy...

No pude evitar reirme mientras las sombras escondidas por todas partes comenzaban a sonar soltando un ritmo muy genial y energico en mi opinion, eso no podia controlarlo, de hecho me daba mas ganas de cantar pero decidi esperar un poco mas tanto para que las sombras se afinaran como para ver la reaccion de la chica frente a mi.