Paz [Priv. Shiko]

Paz... era eso lo que sentía, no sabia cuanto tiempo llevaba ahí más si sabía que al menos no estaba solo. Su mirada dispersa en aquella basta llanura cubierta de cultivos y demás plantas, se extendía por todo aquel valle que al final donde se podría ver borrosamente las montañas que lo indicaban, quizás no era un valle, quizás el corazón del chico si lo era, mantenía un bello lugar limitado por altisimas barreras. Tan solo eran metáforas que el moreno se formulaba en su cabeza - Amo... - Le dijo su espíritu acompañante mientras observaba a Yoh, el nombre del chico, mirando hacía la nada con un semblante vacío.

Amo Yoh... - Alzó un poco más la voz y el chico despertó de su trance, desde que llegó a la tierra, día tras día le suceden cosas de ese tipo. Volteó ligeramente para ver a Amidamaru, su amigo espiritual, con una tenue sonrisa para que se tranquilizara. El espíritu sonrió también solo que algo débil como si no creyera del todo el gesto del chico. Yoh y su compañero, estaban en una colina mirando aquel campo extenso, estaba encima de un roca algo grande en la cual podría acostarse y dormir un buen rato. Ahora que lo pensaba, ya ni se acordaba porque estaba allí y desde cuando había llegado - Nee... Amidamaru, ¿Por qué no te fuiste al cielo?

Una pregunta concreta, se quedó pensativo y cuando le fue al menos decirle una minúscula frase quizás no referente a la pregunta, notó algo. Alguien andaba por los alrededores pero no era una mala presencia, al contrario, se sentía plena y alegre o al menos esa era la percepción del espíritu. El chico sin inmutarse, seguía sentado en la roca aquella, a lo alto de la colina mirando el paisaje tranquilo y en paz.

Se quedó sin responder más no le dio importancia a lo demás, también lo podía sentir. De alguna extraña forma podía percibir lo que estaba cerca estando en esa colina, en esa roca mirando el extenso campo. Granjas a lo lejos, una actividad plena de plantas y frutas, lo que tanto deseaba Yoh quizás se encontraba más allá, de donde apareció para llegar hasta allí. No sabía como volver, algo le decía que debía ir a donde repentinamente vio todo, aquella ciudad a la cual se había perdido y ahora se encontraba descansando en un lugar alto y tranquilo. A cualquiera le aburriría aquellas ideas del morena, sin embargo, en aquellos momentos buscaba algo más simbólico que cualquier cosa.

Quizás porque no comprendía nada, era por eso su razón algo aburrida ciertamente, pero quizás solo fuese en aquellos momentos. De pronto, esos pensamientos fueron interrumpidos tal cual como si estuvieras caminando y alguien te mete el pie y caes, alguien había hablado y no se había dado cuenta que estuviera cerca. Una voz suave había hablado aunque no se dirigía especialmente para Yoh, la dirigía a la nada y el chico entornó su mirada directo a la persona procedente del sonido. Sus orbes negros, se toparon con la figura de una chica algo niña(?) por así decirlo, cabello azul bastante oscuros pero no la veía al estar de perfil o al menos de donde la veía.

Volvió a ver el horizonte y sonrió un poco más - Depende de cuan profundos son tus lamentos - Le habló nada más por un decir, era cierto que era hermosa la vista pero que se fueran los vacíos que uno llevaba por dentro, simplemente dependía de uno mismo. También de cuan grandes fuesen esos problemas, nada más.